Pedro, una cerveza con cuerpo
EL PSOE elegía este domingo entre quedarse con el titiritero o con el muñeco. Eufóricamente, se han quedado con el muñeco.
EL PSOE elegía este domingo entre quedarse con el titiritero o con el muñeco. Eufóricamente, se han quedado con el muñeco.
Es curioso comprobar cómo algunas ideas van calando, como lluvia fina, en nuestro imaginario colectivo. El titular de este artículo, por ejemplo, será calificado por algunos de “conservador” y “fascista”, antes siquiera de haber analizado por qué he utilizado hoy este encabezamiento.
Hace cinco años coincidí con un amigo psiquiatra y le pude plantear una cuestión que llevaba tiempo rondándome la cabeza. ¿Qué está pasando? ¿A qué responde este auge de las enfermedades mentales al que asistimos? ¿Es un fenómeno nuevo o siempre han estado ahí pero nadie les prestaba tanta atención?
La publicación en el todopoderoso The New York Times de un artículo anónimo titulado “Yo soy parte de la resistencia interna de la Administración Trump” ha provocado estos días un intenso debate en la profesión periodística.
Mal asunto. Lo dicen desde el PSOE, donde hay gran extrañeza al constatar que el nuevo diario El País, el periódico surgido de la era post-Cebrián/Rubalcaba, ha dedicado parte de su portada de este jueves al plagio –esta vez, sí (dicen desde Prisa)- del libro que firmó Pedro Sánchez inspirado en su tesis doctoral.
El Gobierno de España señala ahora a la presidenta del Parlamento de Cataluña como potencial culpable de los platos rotos de la llamada declaración de desconexión de Cataluña de España.
En esta época de incertidumbre social y turbulencias económicas, los medios de comunicación se han convertido, más que nunca, en un termómetro bastante fiable de la salud de la democracia.
Un día alguien tendrá que dar explicaciones. Alguien tendrá que pagar por hacerle esto a uno de los territorios más bellos, lleno de buenas e interesantes personas de buena fe a las que han dejado al pie de los caballos.
Je m’accuse, je suis pilarista, dicho sea con un acento zarrapatroso que no consiguió domar don Ángel Pueyo en “las aulas del poder”. Sí, confieso, me acuso, un punto compungido y, la verdad, acojonado de mi ignorada hasta ahora pertenencia a una conspiración entre cósmica, nacional y de barrio para dominar esto que aún llamamos España, efecto de ver el Salvados de Jordi Évole sobre el colegio Nuestra Señora del Pilar.
La banca española, incluyendo por tanto grandes entidades catalanas como CaixaBank y Banco Sabadell, ha intervenido en la campaña electoral catalana para advertir de que se planteará su presencia en Cataluña si hay independencia.